Protección a las fuentes de agua a partir de la gestión integral de desechos sólidos

Silvia Argueta Tejada

Laboratorio Ecosistemas Proyectos Ambientales S.A.

El río Motagua tiene una longitud de 486 km. nace en el altiplano occidental de Guatemala donde se le llama también río Grande, y corre al oriente hasta desembocar en el mar del Caribe cerca de Puerto Barrios. En sus últimos kilómetros el río marca la frontera entre Guatemala y Honduras. La cuenca del río Motagua tiene una superficie de 12 670 km² y es la cuenca más larga en Guatemala. (Rio Motagua, 2019)

Al río Motagua lo hemos visto desde hace ya algunos años convertido en una faja transportadora de desechos sólidos. Esto ha sido la causa de discusiones y conflicto entre los Gobiernos de Guatemala y Honduras pues éste último indica que sus aguas son contaminadas por los desechos sólidos de Guatemala que desembocan a su frontera.

“La ausencia de gestión de su cuenca y el vertido de desechos y basura lo han convertido en un vertedero a cielo abierto, con los previsibles daños e impacto sobre la flora, fauna, comunidades indígenas y población vulnerable. El reciente anuncio de Honduras de denunciar a su vecina Guatemala por esta causa ha provocado recientemente declaraciones tirantes en ambos lados del río”. (Yajuve, 2021)

Mucho se ha escrito sobre la necesidad de contar con un manejo de desechos sólidos adecuado, así como sobre la situación de nuestros ríos como el Motagua, por ejemplo. En el día a día vemos en las calles de la ciudad, de las poblaciones, barrancos, laderas, ríos y otros cuerpos de agua, grandes acumulaciones de desechos sólidos los cuales son arrojados sin la más mínima conciencia.

Basura en ladera hacia cauce de río. Foto: Ecosistemas

Al iniciar las lluvias cada año seguimos viviendo la misma situación: se presentan terribles inundaciones en las calles y avenidas, las alcantarillas no se dan abasto para engullir los caudales de agua, esto por el volumen de desechos sólidos que yacen en ellas como un relleno nauseabundo. Cuando las municipalidades realizan limpieza, extraen una cantidad de residuos que al verlos: ¡no podemos creer como fueron introducidos en ellas! Ahí vemos de todo ¡hasta colchonetas!

Los datos del Atlas de residuos registran que Guatemala genera tres millones 95 mil 994 toneladas de desechos, con lo que se convierte en el país que produce más contaminación en Centroamérica. De la basura que se genera se determinó que el 44 por ciento es orgánica, el 18 por ciento papel y el 13 por ciento plásticos. Cada guatemalteco —de 17 millones— genera un promedio de 480 libras de basura al año.

El país, dice, se ahoga en basura. De los 340 municipios ninguno tiene un manejo, ni siquiera aceptable de los desechos, es más, algunos afrontan problemas de contaminación tan graves que sus reservas de agua están amenazadas. (Pitán, 2016).

Basurero en ciudad de Guatemala Foto: Ecosistemas.

Estas fuentes de desechos a cielo abierto provocan contaminación al agua, aire y suelo. Los lixiviados que se generan pueden arrastrar nutrientes del suelo, contaminar aguas superficiales y subterráneas, afectando la calidad del agua de la red que llega a los hogares. Representan también un riesgo potencial por la movilización de metales. Los lixiviados pueden aportar valores de Demanda bioquímica de oxígeno (DBO) de hasta 10,000 mg/L, concentraciones de nitrógeno de hasta 200 mg/L, fósforo de hasta 30 mg/L. (Navarro, 2021).

En agosto de 2021, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala publicó el Acuerdo Gubernativo número 164-2021 “Reglamento para la gestión integral de los residuos y los desechos sólidos comunes.”

Con base en la Constitución de la Republica, el Decreto 68-86 del Congreso de la República “Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente” y el Código de Salud, Decreto 90-97, este reglamento tiene por objeto “establecer las normas sanitarias y ambientales que deben aplicarse para la gestión integral de los residuos y desechos sólidos comunes en función de asegurar la protección de la salud humana y evitar la contaminación del ambiente”. (artículo 1)

El reglamento indica que junto a las municipalidades se coordinarán planes en relación a la gestión de los desechos, se elaborarán guías y se coordinará su aplicación.

En el capitulo III, del mismo, encontramos el artículo 12 en donde se refiere a la clasificación e indica:

“Todas aquellas personas individuales, o jurídicas, publicas o privadas, nacionales o extranjeras que, como resultado de sus actividades produzcan residuos o desechos sólidos comunes deberán separarlos al momento de la generación”

Esto, de acuerdo a una clasificación primaria: Orgánicos e inorgánicos y luego una clasificación secundaria que incluirá: papel y cartón, vidrio, plástico, metal, multicapa y otros.

La clasificación primaria estará en vigencia durante los dos primeros años de operación del reglamento como mínimo. Ya hemos visto algunos afiches en donde se indica que a partir del año 2024 todos deberíamos estar funcionando en la modalidad de “clasificación primaria”. Esto es: debemos iniciar la clasificación primaria: orgánico e inorgánico ¡ahora!

Desechos sólidos en cuerpo de agua. Foto: Ecosistemas.

El reglamento incluye los aspectos concernientes al manejo por parte de las municipalidades, los vertederos. Contiene una sección sobre la evaluación fisicoquímica de los residuos en los vertederos (lixiviados y generación de líquidos). Proporciona normas y especificaciones para los sitios de almacenamiento, así como para quienes lo manejan, entre otras disposiciones importantes.

El inciso g del art. 38 muestra los límites que no debe exceder el efluente del sistema de tratamiento y lixiviados.

Captando muestras de lixiviados en basurero. Foto: Ecosistemas.

Algo básico de este reglamento es que incluye también las campañas educativas que son la parte mas importante para su funcionamiento, aparte de las sanciones.

La educación en el manejo de los desechos debe de iniciar en los niños y en las casas para replicarse hacia afuera.

El Acuerdo 164-2021, bajo una adecuada supervisión y seguimiento por parte del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, así como otras instituciones y especialmente nuestro aporte y conciencia como ciudadanos, facilitará que los entes recolectores puedan llevar a buen destino los residuos que generamos.

Debemos continuar motivando para el re uso, y especialmente para el ahorro y minimizar la generación de desechos. Preguntarnos si realmente necesitamos algo al momento de comprarlo o si en el poco tiempo será un desecho más. No todo es desechable algunas cosas se pueden reutilizar, ir pensando en esos conceptos de economía circular, ese modelo de producción y consumo que nos invita a compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma el ciclo de vida de los productos se extiende.

(Noticias Parlamento Europeo, 2021)

Ya algunos prestadores de servicios de recolección de desechos han iniciado campañas para que las áreas de diferentes zonas de la ciudad adopten esta etapa primaria de selección. Este modelo, por medio de campañas educativas debe expandirse a otros municipios y departamentos.

Los cuerpos de agua como los ríos, especialmente, se verán beneficiados mejorando su calidad y al dejar de ser acarreadores de basura hacia sus desembocaduras.

También un control adecuado en los vertederos permitirá controlar lixiviados que se percolan hacia fuentes de agua subterráneas. El Acuerdo 164-2021 es un inicio.

Referencias: